EL NIÑO ARIES



EL NIÑO ARIES
Mientras papá habla con algún familiar, el bebé Aries vocifera desde su cuna para que le presten atención. Pero, ¿cómo se atreven a ignorarle para charlar con su tía abuela? ¿Quién es el que manda aquí, vamos a ver?
    Sera suficiente con subirle en el taxi al volver del hospital para tener inequívocamente resuelta la cuestión: el que manda es el bebé Aries.¿Es que te quedaba alguna duda? Pues ya se disiparan cuando tenga edad suficiente para sentarse en la sillita alta y empezar a golpear la cuchara contra la bandeja si le dejan demasiado tiempo solo. Jamás te fastidiará ni se pondrá pesado con su alimento preferido. En todo su cuerpecito fuerte, activo, cuadrado de hombros, no hay un solo hueso delicado. El niños Aries escupirá las verduras con la fuerza de un cañonazo, y se frotará el plato de papilla por la minúscula cabecita rapada para dejar bien claro que decididamente, esas no son comidas que le gusten al bebé. Y en su acción las niñas serán tan directas como los varones. ¿Tierna, he dicho? El metal de abril es el hierro, y su piedra el diamante, la sustancia más dura que se conoce.
  Cuando sea un poquito mayor, es posible que te deje sin aliento con sus afectuosos abrazos de oso. Generalmente, los niños de Aries son cariñosos y demostrativos, excepto aquellos cuyas primeras experiencias emocionales enfrían un corazón normalmente cálido. Son las ovejitas, tristes y calladas. Pero sus cuernos son igualmente peligrosos.
   A medida que crezca y se haga más fuerte, tras haber luchado contra el sarampión, las paperas, la varicela y la escarlatina, venciendo a todas sin dificultades, el niño de Aries empezará a mostrar su pauta temperamental. Sus padres advertirán que puede comportarse como una criatura totalmente irrazonable si se le lleva la contraria, pero su enojo no es duradero. Tras una explosión periódica, el pequeño o la niñita de Aries os brindarán una amplia y radiante sonrisa de triunfo.
    Aries comparte con asombrosa generosidad sus juguetes con sus padres, sus compañeros de juego, el cartero, el bulldog del vecino y el gato de la calle. Sin embargo, su generosidad se acabará si alguno de ellos hiere sus sentimientos o se interpone en el camino de algo que él quiere hacer o del lugar donde quiere llegar. Entonces, cuidado con los estallidos.
     Tanto los varones como las niñas Aries pueden caer precozmente en el hábito de descuidar sus deberes escolares, y poco les impresionará que su madre le ponga como ejemplo a un hermanito más obediente. En vez de avergonzar al joven marciano para que estudie, hay que desafiarlo. Se relamerá con un desafío de la misma manera que su gato favorito se relame con la nata. Basta con decirle que probablemente él o ella sea un poco lento, no tan inteligente como los demás, un poco inferior, vamos, veréis como vuela el polvo de esos libros de texto, cuando el carnerito se dispone a demostrar la ridiculez de esa teoría. ¿Que alguien pueda estar por encima de él? Eso está por verse.
     Tu niño tendrá imaginación vivaz; será soñador y sentimental como un libro de cuentos, pero al mismo tiempo, no tendrá inconveniente en tostarse el pan. Si existe una cosa tan contradictoria como un soñador idealista, duro y práctico, ese es tu ojo de Aries, tan ingenuo como tenaz, tan suave como persistente. Todos esos rasgos conflictivos están entretejidos en su naturaleza orgullosa, que asombrará y te dejará intrigado. Lo mismo les pasará más adelante a tus amigos, y no hablemos del jefe, sus futuros enemigos y el alma desprevenida con la que se case.
    Un pequeño Aries a quien no se le enseña a obedecer cuando es pequeño tendrá que aprender algunas terribles lecciones en la madurez. No olvidéis que su corazón es blando como la mantequilla, y que en él se ocultan hondamente arraigados temores de que él no le gusta a nadie y nadie le quiere, a pesar de su aparente valentía. Si ve que se rechazan sus sueños o se enfría su entusiasmo puede volver corriendo a esconder entre tus brazos las lágrimas de su tragedia. Cuando esto suceda, abrázalo muy fuerte, porque su corazón estará destrozado. Con sus modales ásperos y dominantes, el idealismo de Aries es sensible, y el menor golpe lo magulla. 
    Los regalos de cumpleaños, escóndelos en un lugar seguro, porque Aries es impaciente y no está dispuesto a esperar a que le descubran las sorpresas. 
    No hay que darle ordenes, sino pedirle siempre con una sonrisa que haga las cosas, y se esforzará por complacer a sus padres. Jamás destruyas su confianza, que es tan importante para él como el aire que respira.
    Frecuentar a gente fría y rechazante puede herirlo profundamente, pero nada conseguirá doblegar su espíritu. Probablemente enloquezca por los libros y sea un lector insaciable, pero no te extrañe que no esté muy dispuesto a aceptar años de disciplina adicional de una educación superior, que ayudará a su mente aéseguir el ritmo de sus ardientes emociones y de sus súbitos y enigmáticos chispazos de penetrante intuición. Cuanto más se resista a la idea de un rígido programa académico, cuanto más inclinado se sienta hacia la libertad de probar algún trabajo, más seguro puedes estar de que necesita un horario y un programa.
     Tendrá que aprender lo que es responsabilidad, pero eso y otras cosas, se le enseñarán más rápidamente acudiendo a una lógica directa y a un sincero afecto. Son dos cosas que le llegan. Padres y maestros deberían recordar siempre que los niños de Aries florecen gracias al elogio, que les lleva a perseguir obstinadamente con su esfuerzo, pero estallan como un cohete cuando se les ataca, y pierden entonces todo interés por superarse. Dile qué es lo que te gusta en él, y así nunca hará lo que no te gusta. El joven Aries rinde exactamente lo que se espera de él, incluso aquel que oculta el ardor de sus impulsos bajo una personalidad serena. Es un niño a quien hay que mantener siempre ocupado para no tener complicaciones. La ociosidad atrae al peligro. Necesita, además gran número de horas de sueño para recuperar toda la energía que  dispersa y dilapida. 
       Le encantará que le cuenten cuentos sobre héroes valientes que conquistan mundos nuevos. Pero también cree en los duendes y en el pozo de los deseos, y seguirá creyendo en ellos mucho después de que ya le estén pequeños los zapatitos con los que aprendió a caminar, y de que os haya dado el primer nieto. Si sus padres le conducen con suavidad y amor constante, el niños de Marte crecerá con el maravilloso poder de soñar sueños imposibles... y hacer que se conviertan en realidad.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres opinar o comentar este artículo, hazlo aquí: