EL NIÑO LEO

     ¿Te acuerdas de aquel juego que solías jugar de niño, que se llamaba sigamos al líder ¿Recuerdas a aquel pequeño que se enfurruñaba cada vez que no conseguía ser el líder? Si era el mismo  chico que te prestaba dinero para comprar golosinas cuando tú ya te habías gastado el tuyo, entonces es seguro que había un Leo en tu pandilla del barrio.
      El típico niño Leo es alegre, risueño y juguetón cuando se sale con la suya. Cuando no, no se sabe de dónde aparecen nubes de tormenta, acompañadas de un rugir de truenos o de un ofendido y caviloso retraimiento. Aunque parezca que se concede demasiada importancia, no hay que poner en su lugar a un niño Leo. Si se reprime su entusiasmo y su alta opinión de sí mismo se corre el riesgo de dejarle profundas cicatrices que durante años oscurecerán el brillo de su Sol. Los niños y las niñas de este signo tienen la costumbre de ser mandones con los demás niños, cosa que a menudo molesta a las madres de otros niños más inhibidos; pero es necesario imponerles suavemente las restricciones necesarias, sin reñirles jamás con aspereza en presencia de sus compañeros de juego. El gran orgullo de Leo reacciona con violencia ante un ataque a su vanidad, y muy especialmente si se produce en público.
     Es bueno estimular la natural capacidad de liderazgo de los niños Leo, pero es menester enseñarles que a cada uno debe tener su turno, y que eso es lo justo, aunque ellos sean más fuertes que los demás.
     El sentido leonino de la justicia hará, por lo general, que los niños vean lo que se intenta esplicarles. Leo no es agresivo por maldad; simplemente, tiene una tendencia innata a encabezar el desfile. Son niños con gran necesidad de exhibirsee, y si cuando son pequeños no se controla esta necesidad, es muy difícil dominarla después. El pequeño leon es el que orgullosamente se pone cabeza abajo en el patio de la escuela o camina por lo alto de una cerca para fascinar a las chicas. Los padres prudentes empiezan desde muy pronto a hacer que el niño Leo se dé cuenta de que, en realidad, ese tipo de exhibicionismo no tiene dignidad alguna. Este sistema da resultados, normalmente, de manera casi mágica, ya que los niños regidos por el Sol tienen un innato sentido de la dignidad.
     Lo notaréis incluso en los más pequeñines: una especie de porte regio que produce la impresión de que el bebé fuera el monarca de todo lo que le rodea. La expresión "Su majestad el bebé"debe haber sido acuñada para escribir a un pequeño Leo. Para un bebé Leo es natural que sus embobados padres y amigos embelesados le reindan homenaje, mientras él acepta graciosamente sus atenciones, presentes y tributos. Le resulta muy fácil dejarse adorar.
     Tu hijo Leeo será más inquieto que la mayoría de los niños, correrá más riesgos y será más activo., También tendrá sus ataques periódicos de leonina haraganería, durante los cuales estará tirado por la casa, demasiado cansado para mover un dedo, como no sea para ordenarte que le atiendas. Déjale solo y hazle entender que nadie es su sirviente. Si quiere algo, puede buscárselo él solo, cuando recupere sus energíaa. Si no actuas así malcriarás al pequeño Leo y harás de él un pequeño tirano. Claro que de vez en cuando no le hará mal que le alcances un libro, le sirvas un vaso de leche con cacao o le hagas amistosamente cualquier pequeño favor. Si se les enseña a respetar los derechos de los demás de la misma manera que se respetan los suyos, los niños Leo pueden ser encantadores para convivir con ellos. Son juquetones y afectuosos como esos adorables cachorritos que se ven en el zoo y, como ellos. necesitan una disciplina estricta y cariñosa.
     Hay dos tipos de niños y niñas Leo. El primer tipo lo forman los extravertidos, alegres, divertidos, bien dispuestos, cálidos y generosos, aunque a veces un poco agresivos. Los otros son más tranquilos, casi tímidos en la superficie. Esos pequeños leones un poco vergonzosos exteriormente pueden haber sufrido un grave golpe en su vanidad, ya sea porque los padres son demasiado dominantes o porque prestan excesiva atención a sus hermanos y hermanas. Secretamente, son niños que necesitan poder y aplauso, tanto como los demas. El peligro de tales situaciones, si se prolongan, es que el niño Leo llegue a obtener la atención que necesita más tarde en su vida, forzando situaciones en mal momento y con la gente más inadecuada, o bien que se retraiga en una dolorosa timidez y una frustración destructiva. La antinatural frustracion de su ego durante largos períodos puede resultarles muy enfermiza.
     Los maestros pueden esperar cierta ayuda de los niños Leo. Les encanta explicar cosas a los demás, y nada les gusta más que sustituir al maestro cuando éste tiene que salir del aula: así ocupan el centro de la escena. Normalmente, el niño Leo que queda a cargo de su clase se ocupará alegremente de la disciplina, pero alguna vez su espíritu juguetón pasará a primer plano, y es posible que al regresar, el maestro encuentre que la clase se ha convertido en un circo de tres pistas.
     Son niños que pueden aprender muy deprisa, cuando quieren. Con frecuencia son muy gratificantes para el maaestro que tiene paciencia con ellos, pero tienen tendencia a mostrarse un poco ociosos en el aprendizaje. Prefieren confiar en su personalidad alegre y congraciarse con su encanto. son capaces de deslumbrar a los maestros con sus sonrisas soleadas y sus zalamerías. Es posible que haya que obligarles a formarse buenos hábitos de estudio, aunque, pensándolo bien, con estos niños lo de obligar es una pérdida de tiempo. La manera más fácil de conseguir que un estudiante Leo obtenga buenas notas es apelar a su vanidad, hacer que quiera ser superior a los otros. Generalmente, es el recurso más eficaz. Cuando se porte bien, dale palmadas en el hombro para asegurárselo, pero no te limites a una sola palmadita. Por más homenajes que se le rindan, Leo siempre está ávido de más.
     Estos chicos necesitarán, problamente, más dinero para sus gastos que otros niños más austeros. Es posible que tu hijo Leo regale las monedas que le sobren, pero no saldrá perdiendo tampoco.
     A medida que crezcan, los jóvenes regidos por el Sol se darán cuenta de la existencia del sexo opuesto mucho antes que los nacidos bajo otros signos solares. Prepárate para una adolescencia turbulenta, porque tu hijo Leo tendrá cien altibajos emocionales por día. Tanto sus amistades como sus romances serán tremendamente dramáticos, plenos de momentos de éxtasis y de corazones destrozados.. A todos los chicos de este signo les encantan las fiestas. Dale la suficiente libertad, porque si no, él se la tomará. Imponiéndole órdenes rígidas destruirás su orgullo y su dignidad. Si estimulas su valor y halagas el yo de un joven Leo, diciéndole con sinceridad que le consideras capaz de serlo, te mostrará orgullosamente lo fuerte que es.
     Nunca es tarea fácil criar a un niño Leo. Pero es posible lograrlo, si recuerda que necesita una disciplina suave y constante, y que el amor y el afecto son las llaves mágicas para abrir su corazón de oro. No son los leones que se sintieron adorados de niños los que se convierten en adultos desdichados, sino los cachorritos que crecieron en el descuido y la privación emocional. Recuerda que, aunque finja ser muy bravo, el temor secreto de Leo es no serlo lo bastante. Abrázale con fuerza todas las noches, y ámale con todo tu corazón
    

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