EL NIÑO TAURO

                                                                                                                                                                             

Los bebés Tauro son una delicia para criarlos. Los padres de niñas y varones nacidos bajo este signo comprobarán que sus hijos son mimosos y tiernos. Les encanta que les tomen en brazos, les abracen y les acaricien. Con su rizo en la frente, el torito se te subirá de un salto a las rodillas para que le beses y te dejará sin aliento con sus abrazos de oso. A tus amigos, si confía en ellos, los tratará con el mismo afecto. La pequeña Tauro hará gestos de coquetería desde su sillita alta para que le sirvan una ración más de postre. Probablemente, será la nenita de papá, a quien se le hará difícil resistirse al límpido encanto de su hija... tan difícil como se le hace a mamá acorazarse contra la tranquila dulzura de su hijito Tauro.
    Ya de pequeñitos, los niños Tauro parecen, en general, más competentes que otros chicos. Para empezar, son emocionalmente estables y rara vez sufren accesos de depresión, momentos de impulsividad o tendencias exhibicionistas. Pueden ser rechazantes y obstinados, a veces mostrarse tímidos, pero en ellos no son comunes las alteraciones y dolores normales del crecimiento. La disposición de Tauro es normalmente serena y placentera. No se inquietan ni molestan fácilmente. Salvo cuando se rebelan porque se les exige demasiado, son personas tranquilas, alegres y nada imprevisibles. En ellos hay una madurez de la que carecen los niños nacidos bajo otros signos solares (excepción hecha de Capricornio y de Escorpio). Incluso los toritos muy pequeños suelen portarse muy bien cuando hay extraños, pero si les obligas a convertirse en centro de la atención se quedarán como si el gato les hubiera comido la lengua. Déjalos que jueguen en paz en un rincón, y lo más probable es que las visitas se queden impresionadas por lo bien educados que están.
    Un niño Tauro se ocupa tranquilamente de sus cosas, y cuando sea mayorcito, será raro que te incomode con actitudes groseras o de petulancia. Sin embargo, si pones a prueba su buen genio fastidiándole (eso no lo soporta), presionándole o exigiéndole que haga algo que él está decidido a no hacer, puede volverse belicoso. La única manera de afrontar ese desafío es el amor, jamás la fuerza. Un niño Tauro a quien los mayores hayan forzado demasiado puede convertirse en un adulto callado, sombrío y cruel. Recuerda que para Tauro es imposible mantener su obstinación ante las demostraciones físicas de afecto. Un abrazo afectuoso, un beso grande y amistoso y una alegre sonrisa le inducirán a salir de su obstinación. Háblale siempre con suavidad y con lógica. Los gritos y las órdenes formuladas con aspereza sólo conseguirán que cierre los ojos y se tape los oídos. Es capaz de resistirse a la disciplina y a las órdenes hasta el día del juicio, pero al afecto, ni un minuto.
    Aunque sea aún muy pequeño, estará lleno de sentido común. Si algo le parece razonable, lo hará, pero quiere una explicación práctica. Nada complicado: simplemente la verdad, sinceramente y sin barnices. Con decirle "Tienes que ir a acostarte ahora porque yo lo digo" no irás a ninguna parte. Para él, eso no es sensato ni razonable. En cambio, es probable que darle suavemente una explicación como "Ahora tienes que irte a la cama porque ya vamos a apagar las luces, y si no te acuestas, mañana no podrás salir a jugar porque estarás demasiado cansado" le decida a meterse entre las sábanas y disponerse a dormir. También puedes decirle: "Ahora métete en la cama calentita, con las sábanas limpitas y planchadas, que yo te arroparé con tu  manta, tan suave, y te leeré  un cuento". Por testarudo que se haya mostrado hasta ese momento, es casi seguro que estas palabras le convertirán en un ángel de docilidad. Como es de naturaleza muy sensual, es raro que la descripción de sensaciones no le haga vibrar una cuerda sensible. Forzarle para que haga lo que se le pide, en cambio, es tan inútil como peligroso para su personalidad futura.
    Los colores y los sonidos también afectarán profundamente a su disposición y sus emociones. Adornar su habitación con colores rojos y naranjas vivos y detonantes le pondrá inquieto y obstinado. Los tonos pastel, sobre todo los rosados y todos los tonos de azul, tendrán en él efectos casi mágicos. Son niños que reaccionan visiblemente a los colores. Si éstos armonizan con las vibraciones propias de su signo, se mantendrán tranquilos; si son discordantes puede, sin exageración, lesionar su estabilidad emocional. El mismo efecto tendrán los ruidos fuertes y destemplados.

    Generalmente, los maestros encuentran que el niño Tauro es uno de los más trabajadores de la clase. A menos que haya posiciones planetarias desfavorables en su carta, los niños Tauro serán trabajadores en la escuela, aprenderán metodicamente sus lecciones y tendrán una notable capacidad de concentracion. El niño Tauro es muy obediente por lo general. Su mente trabaja en forma algo lenta, pero jamás se olvida de lo que aprendió, una vez que ha retenido un hecho o una fecha. Son chicos que por lo general superan bien los exámenes, porque se preparan escrupulosamente para ellos. Suelen ser elegidos líderes para las actividades de grupo, debido a su respeto por el juego limpio, y también a su evidente sentido común y buen juicio.
    Es posible que la obstinación de su hijo haga pasar algunos malos ratos a los padres de un niño Tauro, pero no serán muchos ni muy frecuentes. La madre de un niño Tauro llevo un día a su hijo a la escuela y se arrepintio de no haberse quedado en casa tranquilamente. El niño había ofendido a su maestra, declarando que lo que ella decía estaba mal. Por supuesto, el autor del libro de texto también estaba equivocado.
    Al dia siguientae, su madre le llevó junto a la maestra ordenándole con firmeza que le pidiera disculpas. A mediodia, en le despacho del director, se oyó a la madre que repetia debilmente "Pídele disculpas a la señorita". A última hora, cuando ya los alumnos se habían ido su madre aún seguia intentandolo. Había sido más fuerte que la madre, la maestra y el director. Jamás se disculpó.
    Cria a tu niño Tauro en una atmósfera de amor, hogareña y cálida. Rodéalo de afecto. No le tironees demasiado los cuernos y déjale pastar con el ritmo que él quiera. Llénale los oídos de música y los ojos de belleza, y algún día él te llenará el corazón de paz.  

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