EL NIÑO CANCER

     El estado de ánimo de tu bebé Cáncer cambiará con tanta frecuencia como tú le cambias los pañales. Lo que experimenta, ya no le abandona. Cuando sea viejo y de pelo gris, tu hijo Cáncer recordará hasta el último sentimiento y emoción, y podrá dar una imagen exacta de él.
     Desde que desayuna hasta que se acuesta por la noche, la mente del niño Cáncer estará ocupada registrando lo que ve y lo que oye. Para los adultos es difícil seguirle cuando trepa a la montaña lunar de sus sueños, o acompañarlo mientras vadea las corrientes de su imaginación luminosa. Sus emociones son intensas, coloridas y variadas, pero pese a todo muchas veces es un solitario.
     Jugar con los bebés lunares puede ser divertidísimo. Son criaturas muy graciosas, de expresión extraña y ojos que hablan por sí solos. Sus facciones se mueven constantemente por efecto de la risa, la sonrisa o las lágrimas. Es interesante observar esas expresiones elásticas, pero más de una vez desearás que fuera más fácil saber cuándo se reirá y cuándo se quedará mirando con esa mirada lejana mientras escucha la extraña música que oyen todos los niños lunares.
     Son niños con muchas mas necesidades emocionales que cualquier otro signo. Desde la infancia hasta la adolescencia, los Cangrejitos se muestran tremendamente dependientes de las reacciones de sus padres y hermanos. Es posible que tu hijo lunar sea demasiado tímido para expresar sus verdaderos deseos, pero en secreto quiere que le atiendan, le mimen y le adoren. Si en su familia y sus amigos no encuentra la atención y la aprobación que necesita, el rechazo puede aplastarlo, simplemente.
     Aunque durante la adolescencia tus pequeños Cangrejos puedan ser durante un tiempo rebeldes sin causa, por lo general durante los primeros años son fáciles de manejar y de corregir.Como para el Cangrejo su vida interior es muy real, puede estar feliz jugando solo durante horas. Hasta es posible que tenga un compañero de juegos invisible. A veces estos compañeros desaparecerán durante semanas enteras, pero regresarán tan pronto como un compinche del vecindario o un compañero de la escuela hieran los delicados sentimientos lunares o se muestren demasiado prepotentes con el niño lunar. Dócil y tranquilo como son la mayoría de los de su signo, Cáncer es un signo solar de conductores. Pese a la ternura de sus emociones y a la suavidad de sus modales, no sirven para secuaces. Hay en ellos mucho individualismo e independencia de pensamiento.
     Si tu niño sigue la tendencia de la mayor parte de los niños de Cáncer, se saldrá con la suya y será un poco malcriado en lo superficial. Sabe que el que no llora no mama, y es capaz de ponerse bastante lacrimoso cuando no le hacen caso o le tratan con aspereza. Un niño lunar puede inundar la  habitación con ríos de llanto; es como si alguien hubiera dejado abiertos los grifos de la cocina. Y si con toda esa humedad  no sonsigue la ternura y la simpatía que necesita, el Cangrejito se convertirá en un hombre o en una mujer de corazón árido y ojos secos, incapaz de dar ni de recibir fácilmente amor, ávido de soledad, capaz de forjar muy pocos vínculos cálidos.
     Cuando tienes a tu cargo un Cangrejito sensible, es realmente urgente saber reír y llorar con él, y calmar sus miedos, de los que estará demasiado provisto. Posiblemente tu niño lunar no reúna todos los miedos de la lista, pero descuida, que tendrá unos cuantos.
     Son niños que necesitan mucha empatía emocional para desarrollar sus bellas cualidades artísticas y creativas. Si no les falta durante sus años formativos, eso les ayudará a convertirse en adultos pacientes, generosos, serenamente seguros de sí mismos y de corazón abierto. Si se ven privados de una atenta comprensión, su ternura y suavidad naturales pueden deformarse, convirtiéndose en autocompasión y en constante cavilación, amarga y silenciosa. El miedo, a menos que se le haga frente desde temprano, puede convertirse en prejuicio ilógico y en odio. Los Cangrejos que se han visto impedidos en su desarrollo emocional suelen convertirse en seres desconfiados, a menudo vengativos e incluso suicidas. En el mejor de los casos, esos hombres y mujeres lunáticos y desdichados llevan una vida triste y monótona, a menos aue tomen la dramática decisión de dedicarse a levantar un imperio financiero o a desarrolar un talento latente. Cualquiera de ambas cosas puede sustituir misericordiosamente el amor y el afecto que faltaron al tierno corazón lunar en el momento en que era más vulnerable: en la niñez.
     Nunca se insistirá demasiado en que estos niños tan sensibles pueden imaginarse injurias o agravios, e imaginar un rechazo que jamás existió. Hay que tener especial cuidado en convencerlos de que son buenos, inteligentes, bonitos, despiertos, de que se les ama y se está contento de ellos. Muchos padres lo intuyen, y por eso son tantos los Cangrejitos tan mimados en su casa que se quedan atónitos de adultos, al comprobar que el mundo se desinteresa bastante fríamente de sus deseos personales. No es de admirarse que tantos Cáncer recuerden afectuosamente a mamá y le erijan poco menos que un santuario a medida que se hacen mayores. Nadie más, nunca, cuidará tanto de ellos. Con un niño lunar, la cuestión es siempre no ser demasiado firme y deformarlo, ni demasiado tolerante y malcriarlo. Encontrar el punto medio nunca es fácil. La clave es relajarse. El amor sabe por lo general encontrar el camino.
     Es posible que algunas veces los maestros de jóvenes lunares se quejen de que son testarudos o de que sueñan despiertos, pero habitualmente ninguno de estos fallos es lo bastante pronunciado como para constituirse en un verdadero problema. Es posible que haya cierta exageración: el chico puede contar cómo le atacó un oso en el bosque para explicar los rasguños que se hizo al caerse por los escalones del porche.,La niña puede referir una patética historia de padres crueles que la mandan a la cama sin cenar, cuando todo se ha reducido a una discusión familiar de las más comunes. Pero cabe esperar algunas historias fantasiosas cuando se piensa en la fuerte impresión mental provovada por la lectura de relatos de aventuras sobre la imaginación lunar. Cuando su corazón está realmentae dolorido, en lugar de hacer de ello una tragedia ficticia, el niño Cáncer típico tenderá normalmente a quedarse callado y a negarse a hablar del asunto.
     La mayoria de los jóvenes cangrejos esperan con ansiedad poder tener un trabajo pagado, y andarán por el barrio en busca de pequeñas tareas para hacer y haran tintinear alguna moneda en sus bolsillos. De todo lo que gane llevará una perfecta contabilidad, y ahorrará una buena parte. Después de un tiempo, quizá tú también empieces a ahorrar un poco de su asignación semanal. Probablemente él se gane el dinero para sus gastos antes que otros niños, y se enorgullecerá de ello. En muchos sentidos, encontrarás que económicamente te hace la vida más fácil. Son jóvenes que muchas veces trabajan mientras hacen sus estudios universitarios.
     El niño Cáncer te divertirá con sus bromas y su risa contagiosa. Puede hacer caras tan graciosas como máscaras de Carnaval, y es capaz de ver el humor en los diversos aspectos del desfile de motivos humanos. Se interesará tiernamente por los familiares enfermos, por los problemas económicos de la familia y por las dificultades de amigos y vecinos. Los jóvenes regidos por la Luna se entusiasmasn por las historias de héroes que afrontaron tremendas dificultades para alcanzar grandes hazañas, y son especialmente tiernos y compasivos con los animales. Pero si ellos mismos se sienten maltratados, es posible que transfieran esa crueldad, descargándola en seres más pequeños, siguiendo así la proyección iniciada con ellos por los adultos. Los jóvenes Cangrejos pueden mostrarse realmente muy malhumorados, pero son estados de ánimo que rara vez duran más de unas horas sin ceder el paso a una encantadora sonrisa lunática.
    Es posible que te preguntes que pasara cuando tu niño Cancer se haya ido del hogar. La casa estará entonces silenciosa y faltará en ella la alternancia de sus risas y sus lágrimas, después que el cangrejito, gracioso e imaginativo, se haya ido a formar su propia familia. ¿Se olvidará?  Podran pasar los años, y él podrá navegar por mares lejanos, pero tú puedes guardarle sobre la cómoda su alcancía, la que te dio aquel sábado que reñisteis. Y a ella, tenle siempre la muñeca de trapo en la butaca junto a la ventana. A lo largo de los dias, tu niño lunar volverá muchas veces a casa, en busca de viejos recuerdos y para retornar al pasado. No importa cuántos kilómetros le separen del ayer, en cualquier lugar donde viva siempre está cerca de casa. Mantén provista la lata de bizcochos.

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